Carnaval

1/20/2013

Lo he estado meditando un par de días, y ciertamente no encuentro un mejor adjetivo para describir a la vida Nacional, dadas las condiciones que se han venido presentando desde el comienzo de este nuevo año y los asuntos de interés público ;CARNAVAL es lo mejor que he encontrado.

En la mayoría de las civilizaciones tienen periodos donde el pueblo sale a las calles a bailar, reírse de la cotidianeidad, a burlarse de sus gobernantes, o de iconos eclesiásticos. Es un breve espacio de tiempo donde “todo está permitido”, el ridículo se hace presente y es ahí donde se puede obtener algún tipo de satisfacción al satirizar a los personajes mas odiados sin temor a ser reprimidos de ninguna forma.

Pero en el México actual el carnaval se extendió por largo tiempo, los disfraces de bufones se han guardado, las mascaras se han convertido en rostros de carne y hueso con arrugas y sudores diarios. La fila de la conga no es mas que una interminable línea de trabajadores en una estación de metro, donde ya no se grita de alegría sino mas bien de desesperanza.

Los medios de comunicación al servicio del Estado han cambiado los papeles, son ahora los poderosos y los lideres, los que se burlan de un pueblo azotado por malas noticias y promesas que nunca se cumplen.

Ahora los ridículos son los que se atreven a protestar, se les descalifica con tanta facilidad ante la opinión pública que la mayoría termina por aceptar dichas “verdades” y levantan la voz para opacarlos.

En estos tiempos es ridículo buscar cambios, no se permite ni es bien visto ser crítico, ser joven es ridículo, leer y conocer cosas es ridículo, quejarse y estar informado es tan ridículo como encontrar rosas en el mar.

La sociedad está tan manipulada que los lideres de opinión (al servicio del estado) dictaminan aquello que merece la pena voltear a ver. Nos tratan como niños y nos señalan, porque saben que el inconsciente colectivo aún está bajo el yugo del miedo al ridículo. He visto puños cerrados bajar, he escuchado voces rabiosas callar, dedos apuntando han obligado a cambiar de parecer.

Señores ahora el feo no es el rey de carnaval, ahora le toca a los guapos estar arriba y ordenar por un día (o por un sexenio da igual), es tiempo de la ridiculez, es tiempo de que los idiotas sean gobernantes .

Las cosas han cambiado, hoy los saltimbanquis tienen puestos de elección o son impuestos al dedazo, ahora pregonan desde el estrado del senado o del congreso, hoy no  divierten al pueblo hoy se ríen del pueblo.

Dirán que soy un aburrido pero ya quiero que se acabe  este carnaval, y pronto volvamos a ser serios.

Comenta desde Facebook

 
Pie de página
Arriba