MOLESTIA MAGISTRAL

8/25/2013


Con el conflicto magisterial es fácil tomar partido inmediatamente, los maestros son los malos y nosotros somos los buenos, los maestros son los que cierran calles y nosotros somos los afectados, los maestros son los flojos, los huevones, los que no les gusta trabajar y en cambio nosotros la sociedad, los capitalinos que todo tenemos y a los que nos hace falta tanto, somos los que la pagamos.

Pero si te pones a analizar un poco va mucho más allá de esto, el problema es mucho más profundo que esto, y si, porque quizá tengas razón quizá estos maestros sean flojos o apáticos o no les guste trabajar o como quieras llamarlo. Sin embargo estos maestros son los que se la han rifado durante años en las comunidades trabajando con grupos de múltiples grados, que van desde 1° hasta 6° y lo mismo para secundaria.

¿sabes lo difícil que es enseñar a un niño a leer y a escribir?

¿sabes lo complicado que es trabajar en esas condiciones?


Sin un techo de concreto, en escuelas de lámina o cartón, con bancas cayéndose, con niños desnutridos que no tienen ganas de estudiar sino de comer.

Creo que la mayoría de nosotros hemos pensado que los problemas y soluciones de este país radican sin duda en la educación y podría ser verdad, en la mayoría de los casos es verdad. Coincidimos que aquí hacen falta doctores, maestros, licenciados, ingenieros, arquitectos... hace falta un montón de de cosas, aunque también hay mucha gente que le basta con saber español, con medio escribirlo, con haber aprendido a sumar y a restar, hay gente no le importan los libros y no por falta de interés sino por falta de oportunidades.

Es verdad que la economía y la seguridad de este país se han visto afectada por las manifestaciones, violentas y no violentas de los maestros (de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación) además de que casi tres millones y medio de niños estén ahora justo sin escuela.

Es verdad que a la mayoría de esos maestros se les manipula y se les trata como esclavos de estos líderes chafas, esos mismos profes a los que les exigimos mucho más de los que pueden dar (porque hasta ahí les alcanza).


Lo de hoy son estos maestros postrados a las afueras del congreso y del senado, y del centro Banamex, que están 'defendiendo' lo que creen, sus 'ideales', convencidos de ellos o no, están actuando, están defendiéndose y hasta hoy han tenido un par de resultados interesantes y es precisamente eso, que los diputados y senadores que son los que mueven los hilos que conducen a este país (nos lleven a donde nos lleven) se trasladaron al centro Banamex para lograr entre otros atracos la reforma al IFAI.


Cierto es que los docentes necesitan ser evaluados, acreditados, que necesitamos mejores maestros eso no se duda, pero no podemos darle la espalda a estos hombres y mujeres que están en las regiones más pobres del país, en la orilla más lejana de la mesa del poder, que cuando es conveniente son los mejores aliados y cuando incomodan son sus peores enemigos.


He leído y escuchado muchas opiniones acerca de esto y de cómo se debería tratar a los maestros, en la gran urbe, en una sociedad que se jacta de ser 'tolerante' (sea lo que sea que signifique esa palabra) y vanguardista. Algunos comentarios son :

'ojala les pongan una madriza'
'que los maten'
'pinches nacos huevones que se regresen a su tierra'


Un sinfín de calificativos quizá... mal fundamentados, quizá no bien pensados, todos sabemos que los maestros están haciendo un desmadre aquí en la ciudad de México, todos sabemos que no es malo que se les evalúe como en cualquier otro trabajo. Pero no creo que debamos darle la espalda al magisterio porque si bien el sistema educacional está corrupto y decadente, también hay muchísimos profesionistas que lo son gracias a ese gremio tan recordado y apapachado únicamente en épocas electorales y tan odiado en estas épocas de crisis que pasan y pasamos, estas épocas difíciles que vienen con cada sexenio porque cada sexenio los salarios se van a los suelos y las exigencias se incrementan, yo creo que es una vida difícil en la Sierra, en el campo, en las zonas marginales de las ciudades, por eso y muchas razones más no me aventuro a tener una opinión tan tajante y tan visceral sobre este problema y mucho menos sobre los 'mairos'...



Para ellos todo mi apoyo y todo mi desprecio.


Para los maestros toda mi comprensión y toda mi intolerancia.

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