Es que al parecer cuando se menciona a México en alguna tribuna legislativa, se hace referencia a un ente amorfo, sin entendimiento de sí mismo, incapaz, que necesita sólo asimilar lo que desde ahí se vislumbra para su “crecimiento” y en otros casos para su “desarrollo”.
Si alguien alude a México en una escenario deportivo, pueden referirse a la mediocridad del “representativo nacional”´varonil de fútbol soccer, en su defecto de forma sobrada se hace mención de la grandeza individual de un tal Hugo, Rafael o Cuauhtémoc, en algunos casos México es la tierra maravillosa donde Péle y Maradona, alcanzaron la gloria mundial, de clavados, tiro con arco, atletismo, y otras disciplinas sólo es pertinente hacer mención cuando el orgullo patriotero lo demanda.
En las escuelas de educación básica, cuando uno escucha de México, es ineludible remontarse al pasado, al tiempo de las mujeres y hombres arriesgados, los maravillosos valientes “héroes que nos dieron patria”, pero también te adiestran para no intentar siquiera emular aún a lo lejos a ninguno de estos personajes. Las universidades son cosa diferente (no tanto) ahí se habla de Che, de MARCOS, de Zapata y de Villa, se propone, se aconseja, se analiza, se protesta y se conforma.
Para los extranjeros México sigue siendo el país de los Charros con bigote, de los machos como José Alfredo y Pedro Infante, del tequila de Chavela Vargas, de Frida, de Diego, de los murales Siqueiros, lugar exclusivo de hermosas vacaciones en playas que son una evocación del Edén, y obvio de pirámides increíbles.
Al final de esto he dejado al México de las calles, ahí hay de dos sopas, cuando hablamos de México nos referimos a nuestras pasiones balompédicas, o señalamos a ese México de atropellos, favoritismo y componenda, hacemos apología a nuestra desfortuna, porque desdicha jamás ( Somos pobres pero felices).
Yo sigo pensando en México como un lugar de eterna esperanza de cambio duradero y favorable, tengo aún la nostalgia del México que cantaba Chava Flores, fomento el resurgimiento de las “adelitas”.
Si me preguntas a mi ¿y cuándo hablamos de México, de quién hablamos?, te diré que de todos, México somos todos los anteriores y los queme faltaron, los jodidos, los chingados, los ricachones, y los que les encanta llamarse clase media, los amantes de lo ajeno, los defensores de los derechos humanos y los transgresores de ellos.
Sin idea de como terminar me decido por una frase de no recuerdo quien…
"Como México, no hay dos, pero si hubiera otro, semos tan canallas que ya nos hubiéramos ido para allá".
"Como México, no hay dos, pero si hubiera otro, semos tan canallas que ya nos hubiéramos ido para allá".
